¿Cómo conociste la librería?
No recuerdo el tiempo, seguramente deben haber pasado más de 10 años. Yo andaba a la pesca de ciertos libros que me había costado rastrear a través de los años. Uno era “Para hacer el amor en los parques”, de Nicolás Casullo; el otro, “Olimpo”, de Blas Matamoro. Casualmente eran dos obras que estuvieron prohibidas durante la dictadura cívico-militar y a raíz de un ensayo que estaba escribiendo necesitaba contar con ellos. Ahí fue cuando apareció en mi vida Textos Cautivos y luego, estos libros que parecían inconseguibles finalmente llegaron a mis manos, creo que de Venezuela y España. A partir de entonces, cada vez que un imponderable literario se interponía no dude en acudir a Omar y Mirta para lograr el objetivo. Recuerdo que cuando los conocí, gentilmente me ofrecieron colocar mis libros en los estantes y bateas del local: Había publicado dos poemarios, “Sabor por letras” y “Batallar la idea” y un ensayo “Ida y vuelta”, en Babel Books, una editorial independiente de Nueva York.
¿Cuál fue el último libro que te llevaste de Textos Cautivos?
El último libro se llama “Mina de rock” de Karim González. Es un libro descatalogado y muy codiciado por quienes escriben sobre temáticas de rock argentino, fundamentalmente porque es el primer libro que investiga con cierta profundidad acerca de cantautoras mujeres de ese género musical. Estoy escribiendo junto a un amigo, un ensayo sobre cantautores argentinos del período 1970-1976, y quería saber el abordaje que había realizado Karim. Suelo comprar libros sobre política, ensayo, y música, soy un gran caminador y me gusta transitar por librerías de Av. De Mayo o Corrientes, aunque también me alucinan las “de viejo”, donde siempre me sorprende un hallazgo. Creo que no hay nada tan personal e íntimo como la lectura de un libro. Siempre pienso en el berretín de acariciar un ejemplar y oler sus páginas, a veces ajadas o amarillas de tiempo, que me van a sobrevivir, quien sabe, cuando mis libros reposen en otra biblioteca o en algún estante o batea perdida de cualquier librería. Ahora estoy leyendo “Realismo Capitalista” de Mark Fisher, y “El infinito en un junco” de Irene Vallejo, ambos súper recomendables.
¿Por qué elegís Textos Cautivos?
Es indudable que Textos Cautivos no es una librería más. La búsqueda de libros encierra un desafío como un misterio, dos aspectos suficientes para movilizar a un curioso como yo. Claro que no voy a resignar la caminata por esas librerías que mencione, pero en Textos Cautivos, además existe una afinidad y un espacio ideal para conversar con Mirta y Omar, para conocer, recomendar y celebrar libros y autores. Pasar a curiosear por esa librería con jardín, o que me inviten a tomar un café, y que uno quiera quedarse y quedarse y quedarse charlando, es algo mágico y necesario en los tiempos que corren. Hay algo artesanal en lo que hacen, una especie de arqueología de libros leídos y por leer, como reza el lema, y eso es suficiente para elegirlos y confiar en que las búsquedas siempre llegarán a buen puerto. Lo he comprobado y aún tengo algunas pendientes que aguardo con ansiedad. Solo me queda agradecerles por ese trabajo pasional y dedicado que realizan, porque sumergirse en un libro, a no dudarlo, -se trate de rastreadores o lectores-, siempre es una travesía fascinante.