Conquistas, piratas y mercaderes.
A caballo de dos conmemoraciones —los 400 años de la muerte del rey Felipe II y los 500 del nacimiento de su padre, el emperador Carlos V—, esta breve pero brillante historia de la plata española, escrita por el profesor Cipolla a partir de documentos hasta ahora inéditos, nos ayuda a comprender mejor el ascenso de España y su decadencia, no ya como imperio político, sino como imperio monetario castellano. En el transcurso de tres siglos las colonias americanas, sobre todo México y Perú, vertieron sobre España una verdadera lluvia de plata: unas 82.000 toneladas. Esta marea, que inundaba España de modo efímero, se desparramaba en seguida por todo el continente europeo y siguiendo el Mediterráneo oriental llegaba a Turquía, Persia, Sumatra y terminaba su largo recorrido en China. La plata española originó una liquidez excepcional que favoreció un importante desarrollo del comercio intercontinental, ya que los reales de a ocho de plata, llamados también pesos duros y piastras, se convirtieron, como hoy lo es el dólar, en la moneda de referencia para los intercambios internacionales.
Crítica, Libros de Historia
Barcelona, 1999
138 pp.